
Utilizar más energía renovable es clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles y de la energía importada, y permite además garantizar la seguridad de abastecimiento. Las energías renovables pueden desempeñar también un papel destacado en el desarrollo sostenible de las zonas rurales al estimular la diversificación económica, generar nuevos empleos, mejorar la gestión de terrenos agrarios y aumentar la eficiencia de la maquinaria agrícola, además de obtener rendimiento económico para diversos subproductos agropecuarios a través de su valorización energética.
Sin embargo, el desarrollo de las renovables entraña a su vez riesgos ambientales y socioeconómicos que debemos tratar de evitar o minimizar en los necesarios procesos de planificación. Es obligado también trabajar para generar políticas sobre la cuestión que establezcan las condiciones para vincular de manera eficaz la energía renovable con el desarrollo rural.
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