La despoblación del medio rural es uno de los grandes retos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país. La España interior sufre una continuada pérdida de población. Según el último informe demográfico publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), mientras que entre 2000 y 2017 la población española creció un 15 %, en los municipios rurales de menos de 5.000 habitantes la población descendió un 10,2 %. Hay provincias enteras cuya densidad de población es inferior a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, cifras propias de los desiertos demográficos. Las diferencias en la ocupación del territorio español generan tensiones de todo tipo que dificultan la atención de las necesidades de los ciudadanos y la gestión sostenible de los recursos. |