
La agricultura desempeña un papel fundamental para la economía y provee a la sociedad de alimentos y materias primas.
Pero la agricultura intensiva ha llevado al límite a los suelos y el agua, siendo esta última un problema evidente para los agricultores al darse escasez de la misma. La erosión del suelo ligada a la sobreexplotación, escasez de agua y uso de fertilizantes químicos pone en riesgo el estado medioambiental del entorno.
A pesar de su impacto evidente en el medio ambiente, la agricultura se muestra clave para contribuir a la deceleración del cambio climático. Para ello muchas entidades y personas individuales están adaptando nuevas metodologías para una gestión sostenible de los suelos agrícolas.
En esta sesión se mostraron buenas prácticas donde se integraban estas nuevas medidas y métodos con visión de futuro para llevar a la agricultura a la lucha contra el cambio climático. |